Industria automotriz
El último viaje del Papa Francisco: los vehículos que hicieron historia con él
Un recorrido por la historia de los papamóviles, desde los Mercedes blindados hasta el humilde Toyota del Papa Francisco. Las marcas, las modificaciones y el simbolismo detrás de estos vehículos únicos.
Un vehículo al servicio de la fe
La muerte del Papa Francisco marca el fin de una era caracterizada no solo por su mensaje de humildad y cercanía, sino también por un enfoque radicalmente distinto en cuanto a su medio de transporte más simbólico: el papamóvil. A lo largo de las décadas, este vehículo ha sido mucho más que un medio de transporte; se ha convertido en un símbolo de la relación entre la Iglesia Católica y el mundo contemporáneo, incluyendo aspectos de seguridad, tecnología y representación.
Desde modelos altamente blindados hasta versiones abiertas que permitían al pontífice estar más cerca del pueblo, los papamóviles han tenido una evolución interesante tanto técnica como filosóficamente. En esta nota, hacemos un repaso por los modelos más icónicos, las marcas detrás de ellos y cómo el último papamóvil de Francisco refleja una visión distinta, menos enfocada en la protección y más en la cercanía con la gente.
El origen del papamóvil moderno
Aunque históricamente los Papas se trasladaban en sillas gestatorias o carruajes, fue a partir del pontificado de Juan Pablo II que el «papamóvil» como tal tomó relevancia pública. El atentado de 1981 marcó un antes y un después, motivando el desarrollo de vehículos altamente protegidos. Mercedes-Benz fue una de las primeras marcas en participar formalmente en la creación de un vehículo especializado para el Papa.
Mercedes-Benz 230 G «Gelandewagen» – Seguridad elevada
Uno de los modelos más representativos fue el Mercedes-Benz Clase G adaptado para Juan Pablo II. Equipado con una cápsula acrílica blindada, este vehículo permitía ver al pontífice desde todos los ángulos, mientras lo mantenía protegido. Este modelo contaba con un motor de 2.3 litros y tracción 4×4, ideal para desplazamientos en eventos multitudinarios y recorridos urbanos.

Otras marcas al servicio del Vaticano
A lo largo de los años, diferentes fabricantes han colaborado con el Vaticano para desarrollar papamóviles, muchos de ellos adaptando modelos de producción para cumplir con exigencias específicas.
Fiat Campagnola – El vehículo del atentado
El modelo Fiat Campagnola de 1980 fue tristemente célebre por haber sido el vehículo en el que viajaba Juan Pablo II durante el atentado del 13 de mayo de 1981. Este vehículo no estaba blindado, lo que motivó el diseño de soluciones más seguras a partir de entonces.
Toyota Land Cruiser – Asia también presente
Durante sus visitas a países asiáticos o de climas extremos, como Filipinas y Kenia, el Vaticano optó por modelos como el Toyota Land Cruiser, adaptado con plataformas elevadas y toldos transparentes.
Peugeot y SEAT – Papamóviles europeos
En sus visitas a Francia y España, Juan Pablo II y posteriormente Benedicto XVI utilizaron modelos adaptados de Peugeot (como el 607) y SEAT (como el Panda). Estos vehículos eran más compactos pero incluían elementos de protección personalizados.
El enfoque diferente del Papa Francisco
Desde el inicio de su pontificado en 2013, Jorge Mario Bergoglio dejó claro que su estilo sería distinto. Rechazó el tradicional Mercedes-Benz blindado y prefirió vehículos más sencillos y accesibles, lo que no solo reflejaba humildad, sino una postura clara respecto a la desconexión con el lujo y la extrema protección.
Hyundai Santa Fe y Jeep Wrangler – Papamóviles de cercanía
Durante visitas a Corea del Sur y Estados Unidos, el Papa utilizó un Hyundai Santa Fe sin modificaciones extremas y un Jeep Wrangler con techo abierto, demostrando su deseo de estar más cerca de los fieles. El Wrangler, en particular, llamó la atención por su falta de blindaje, siendo uno de los vehículos más expuestos utilizados por un Papa desde el atentado de 1981.
Isuzu D-Max – Utilidad por encima del lujo
En Filipinas, uno de los países con mayor número de católicos, el papamóvil fue una Isuzu D-Max adaptada con una plataforma trasera elevada. Sin blindaje y con acceso sencillo, permitió al Papa interactuar directamente con las personas.
El último papamóvil: un símbolo de coherencia
En sus últimos años, el Papa Francisco fue visto frecuentemente en un Fiat 500L o en un Kia Soul, ambos modelos elegidos por su bajo perfil y accesibilidad. Pero fue un Toyota Land Cruiser adaptado en Irak durante su visita de 2021 el que más destacó: completamente abierto, sin cabina blindada y con una simple barandilla para sujetarse, el vehículo reflejaba el mensaje claro del Papa: la fe no debe blindarse.
Este último papamóvil es considerado uno de los más humildes y expuestos desde inicios de la era moderna del papado. Más que un vehículo de seguridad, fue un símbolo de cercanía y vulnerabilidad voluntaria.
Tecnología y diseño: de la cápsula al contacto directo
Evolución de materiales y estructuras
Los primeros papamóviles con cápsulas acrílicas podían pesar más de 4 toneladas debido al blindaje, sistemas de aire acondicionado autónomos y vidrios de más de 5 cm de espesor. Con el tiempo, la tecnología permitió reducir peso y mejorar el rendimiento sin sacrificar la seguridad.
Alternancia entre plataformas altas y SUV
Mientras que algunos modelos se basaban en plataformas con suspensión elevada o chasises de camiones ligeros, otros evolucionaron hacia SUV medianos y grandes. Las estructuras solían incluir accesos traseros mediante escaleras plegables y asientos elevados tipo trono.
Un vehículo, muchas ideas
El papamóvil no es solo un automóvil: es una declaración de intenciones. Representa un equilibrio complejo entre seguridad, visibilidad, accesibilidad y simbolismo. En la era de Juan Pablo II, la prioridad fue la protección; con Benedicto XVI, el diseño elegante; y con Francisco, la cercanía y sencillez.
Su decisión de usar vehículos sin blindaje en actos públicos, incluso tras advertencias de seguridad, refleja no solo una convicción personal, sino un cambio generacional en la forma de entender el liderazgo espiritual: uno más humano, más expuesto y más presente.
La muerte del Papa Francisco no solo cierra un capítulo en la historia de la Iglesia, también en la historia de la movilidad papal. Su legado se encuentra no solo en sus palabras, sino también en sus decisiones simbólicas: como rechazar vehículos blindados o elegir modelos modestos que cualquier persona podría conducir.
El papamóvil, bajo su liderazgo, dejó de ser una cápsula de poder y se transformó en una extensión de su mensaje: humildad, cercanía y confianza. Un recordatorio de que, a veces, menos blindaje representa más fe.